Progreso

Cuando terminó la pandemia, la sociedad aprendió a vivir de forma diferente. La ausencia de contacto entre los individuos durante varios años y el aislamiento al que tuvieron que verse sometidos por las restricciones de movilidad, dio paso a un acercamiento saludable. Las relaciones sociales se volvieron más conscientes y más respetuosas, algo menos efusivas. 

Las grandes ciudades evolucionaron en nuevos núcleos poblacionales más pequeños y divididos en espacios de trabajo y superficies comerciales. Las familias trasladaron sus viviendas a las afueras para rodearse de entornos naturales. Demandaban más confort y mayor seguridad, por lo que los espacios abiertos alejados de las tecnologías se convirtieron en la mejor solución. Además de disponer de la opción de trabajar la tierra en grandes huertos urbanos para producir sus propios alimentos y favorecer el intercambio de recursos entre los miembros de las comunidades.

Los transportes ampliaron y mejoraron sus redes de servicio y sus flotas, dejando atrás los carburantes derivados del petróleo para ser sustituidos por vehículos aéreos de ozono para descongestionar el tráfico por carretera de uso particular y dejarlo habilitado para emergencias sanitarias. Así, las partículas contaminantes y los gases se redujeron exponencialmente y supuso un gran aumento en la calidad de vida de los individuos. 

La contaminación lumínica también se vio reducida con la instalación de puntos de luz solar en los interiores de las viviendas, cuya intensidad varía en función de las horas de sol. De esta manera, se reduce el consumo de las placas solares —convertidas en la fuente de obtención de energía eléctrica predominante en oficinas y viviendas para liberar la red eléctrica convencional al uso de industrias de mayor demanda— y se activan los ritmos circadianos de sus habitantes. 

Las depuradoras instaladas en las terrazas y azoteas de los edificios almacenan y filtran el agua de lluvia durante los meses de mayor intensidad y sustentan a las familias para su aseo diario y preparación de alimentos. El progreso ha avanzado hacia un entorno más sostenible y moderno pero también más cercano a la tierra, a sus recursos y a las relaciones humanas. 

Al fin y al cabo, la evolución no es más que volver a los orígenes. 

Puente, Barandillas, Forestales, Estructura, Metal

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